Misión al cometa Halley: el proyecto CORS
Por Andreas
Barbera
¿Cómo imaginar el acercamiento a un cometa? Tal vez así... |
¿Qué es CORS?
CORS es un acrónimo para Comet-bound Orbital Relay Station. En
inglés esto significa “estación de relevo en órbita cometaria”. Básicamente, el
proyecto consiste en montar una base robótica sobre la superficie del cometa
Halley que sea capaz de enviar y recibir sondas con materiales de otros
planetas o sus lunas. De forma más sencilla, nos podemos imaginar una suerte de
“espaciopuerto en un cometa” del cual salen pequeñas naves. A su vez, estas
naves o sondas bajan a un planeta o luna a recoger muestras, las cuales envían después de regreso al espaciopuerto. La base debe ser idealmente robótica, pues el
cometa es un lugar muy hostil para la vida, y el trayecto que debe cumplir dura
casi una vida humana (75 años).
Un hogar poco confortable
Partes de un cometa: núcleo, coma y cola. |
¿Qué tan
hostil es un cometa? De buenas a primeras, no lo parece tanto. La mayoría
de los cometas, el Halley incluido, están compuestos principalmente de hielo y
otros gases congelados, además de polvo cósmico. Las temperaturas en la
superficie podrían ser del orden de 200-350 Kelvin, o sea, de -73ºC a 77ºC. En
términos generales, no está nada mal para el sistema solar, y casi en el rango
de lo posible para la vida. Sin embargo, el cometa es muy pequeño, teniendo
unas dimensiones de 15 x 8 km. Además, al acercarse al sol, éste hace que
millones de partículas se desprendan del cometa, de forma individual o en
grandes chorros. Estas sustancias producen la coma (del latín para “cabellera”) y la cola del cometa, un halo de
gases muy brillante y un rastro de partículas respectivamente. Las partículas y
chorros pueden ser increíblemente peligrosos para un ser humano, e incluso para
un robot – esto lo veremos en detalle más adelante.
El Halley
El núcleo del Halley. |
Ya
entendemos que clase de ambiente presenta un cometa, pero no hemos conocido bien al protegonista aún, que no es cualquiera. El cometa Halley es el más famoso de su clase, presenciado desde
tiempos prehistóricos pero recién descrito en 1705 por el astrónomo Edmond
Halley. El cometa es muy especial porque es el único de periodo corto
(aproximadamente 75 años) visible al ojo desnudo, y puede ser visto dos veces
en la vida de un ser humano. Los demás son muy pequeños, o pasan cada cientos o
miles de años. La órbita del Halley es, extrañamente, muy conveniente, pues
abarca desde las inmediaciones de Mercurio hasta más allá de Neptuno. Es decir,
¡puede visitar todos los planetas reales del sistema solar!
La realidad económica de CORS
La órbita del cometa respecto de los planetas y el sol, con el año en que alcanza un punto dado. |
Es obvio
preguntarse el porqué de una misión al cometa Halley que resultaría muy costosa
en términos económicos, y que tiene una larguísima proyección en el tiempo. Lo
cierto es que con nuestra tecnología actual es extremadamente caro visitar
incluso la Luna con una sonda. El proyecto Apollo de la NASA es, hasta ahora,
la mayor inversión en una misión espacial jamás realizada. No obstante estos
datos, el gran obstáculo para visitar otras localidades de nuestro vecindario
solar es el combustible, que es volátil, pesado y para nada barato (¡poner en órbita
un kilo de combustible cuesta más de diez mil dólares!). El cometa nos
permitiría enviar sondas a enormes distancias sin usar mucha energía, pues el
Halley haría la mayor parte del trabajo. Más aún, nos permitiría realizar un
sueño que hoy en día es absurdamente difícil: traer muestras de materiales de
otros planetas o lunas, sean Mercurio, Ganimedes o Titán. Si se uniesen
múltiples misiones de diversas agencias espaciales, el costo total sería mucho
más bajo que cada misión por separado, incluso sin traer materiales de regreso.
La misión es posible, ¡hoy! Pero Halley se tardará un poco en volver
Una sonda sobre el núcleo de un cometa. Se ven los chorros de gas y la agrestre superficie. |
La
tecnología existe ahora. Por ejemplo, la misión Giotto, de la NASA, llegó a
menos de 300 kms. del Halley. Otro proyecto, de la ESA (European Space Agency), es Rosetta. Esta nave pretende dejar una
sonda con instrumentos sobre el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, en agosto
del presente año. El Halley regresa recién en el 2061, por lo que queda mucho
tiempo para implementar un proyecto como CORS.
Este tiempo será necesario para poder superar algunas dificultades, como los
chorros de gases que salen del cometa en su perihelio (momento más cercano al
sol), que pueden dañar o corroer los materiales. Por otro lado, las pequeñas
partículas de polvo que se desprenden del núcleo de un cometa también son
peligrosas. La mayoría pesa menos de 0.1 gr., aunque algunas alcanzan el gramo.
Debido a la altísima velocidad a la que se mueve el cometa (70.56 km/s, o sea,
254.000 km/h, más rápido que cualquier cohete actual) cualquier pequeña
partícula tiene una energía enorme, y podría destruir la sonda o la base. En el
siguiente vínculo se encuentra un clip de video que muestra muy bien los
efectos de cualquier colisión en el espacio, por pequeña que sea: https://www.youtube.com/watch?v=VbesAryOJcM&feature=youtu.be . Queda
muy claro que se necesitarán novedosas tecnologías para proteger las frágiles
sondas e instrumentos de cualquier daño, como el escudo de Whipple, conductores
químicamente inertes, o componentes que se autorreparen.
¡Nos vemos el 2061!
Fuentes
• Planetes (2004), Goro Taniguchi,
episodio 10: A Sky of Stardust.
•
Planet Earth: Cosmology, Geology,
and the Evolution of Life and Environment. Cesare Emiliani (1992).
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